jueves, 18 de febrero de 2016

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ESCUELAS DE LA ECONOMÍA EN LOS SIGLOS XIX Y XX.



Escuela Clásica.
El llamado período clásico de la Economía abarca desde 1776 hasta 1890, e indudablemente, su máximo representante lo fue el escocés Adam Smith.
Su principal obra se llama Investigaciones acerca de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, comúnmente llamado La riqueza de las naciones, formada por cinco libros. Fue un académico que le dio una interpretación distinta a los problemas, vinculando los de tipo humanístico y social, abordando aspectos políticos, éticos, sociológicos y filosóficos, en relación a la Economía. Por ser un estudioso que logró integrar en un solo volumen el conjunto de elementos y variables que determinan la riqueza de una nación, se le considera por algunos, el padre de la Economía; algunos otros no están de acuerdo por el hecho de retomar ideas de pensadores anteriores, sin embargo, no se discute su liderazgo de la escuela clásica.
La escuela clásica tiene sus representantes británicos y sus principales exponentes fueron: David Ricardo con su libro Principios de Economía Política y Tributación, de 1817 y sus discípulos Mac Culloch, James Mill, y otros.
La obra Principios de Economía Política, de John Stuart Mill, de 1848, fue una crítica propositiva a la teoría ricardiana, hizo aportaciones importantes en el campo del comercio internacional y en relación al análisis de la oferta y la demanda.
Thomas Robert Malthus escribió su más famosa obra titulada Ensayo sobre el principio de población en cuanto afecta al futuro progreso de la sociedad, en ella destaca el aumento constante de la población, muy por encima de la disponibilidad de alimentos, coincide con los clásicos, pero no está de acuerdo con algunos planteamientos de la macroeconomía, sobre todo con el equilibrio automático en el empleo de los recursos.
A Jean B. Say, se le considera como el fundador de la escuela clásica francesa fue influenciado por Adam Smith. Su obra más importante es Tratado de Economía Política y Cursos de Economía Política. Destaca en su pensamiento observaciones sobre la producción, la distribución y el comercio, además de su más conocida aportación “la ley de los mercados”. Después de Say, destacan algunos autores entre los que se encuentran Michel Chevalier, Bastiat, Baudrillart y otros.
La Economía como ciencia.
En la primera unidad, se hace referencia a la importancia de la Economía y a algunos principios básicos, sin embargo, veremos de manera general algunos aspectos importantes en torno a la Economía desde la perspectiva científica. Lo mismo, se pueden rescatar algunas ideas del curso “Introducción a las Ciencias Sociales”.
Sabemos que la Economía, al igual que algunos otros campos de conocimientos, son ciencias relativamente nuevas, sobre todo si las comparamos con el campo de las ciencias físicas o naturales.
La Economía de manera particular, no tuvo hasta antes del Medievo la importancia adquirida con el renacimiento. El desarrollo de las ciencias naturales impulsó a la Economía a tratar de encontrar soluciones para grupos de interés o para explicar la problemática ligada a la producción, el comercio exterior, los trabajadores, y otros asuntos relativos al funcionamiento de las sociedades, desde otra perspectiva.
Como señala George Soule en Ideas de los grandes economistas, la Economía se consideraba en la antigüedad como:
a) Ideas o doctrinas elaboradas sobre las prácticas del momento.
b) Las prácticas eran modificadas de manera constante, por lo que no se puede afirmar que los conocimientos eran demostrables vía experimentación, a la manera de las leyes físicas o químicas, no eran un sistema de “leyes naturales”.
c) Las doctrinas económicas tenían objetivos claros, defendían ciertos tipos de intereses. No eran totalmente objetivas o desinteresadas y
d) Las doctrinas económicas tenían de alguna manera relación con otros cuerpos de conocimiento, ya fuera con la religión, la moral, la vida política, etcétera.
A partir del siglo XVIII, con la Reforma, el iluminismo, la Economía toma otro rumbo y de ahí en adelante, se introdujeron nuevos conceptos y metodología de tipo científico. Toman cuerpo la libertad en todas sus manifestaciones; la libertad de conciencia, la libertad individual, la social, y política.
La influencia ejercida sin embargo, no modificó el hecho de que la Economía se utilice como instrumento de la política, también es notable las modificaciones de las doctrinas económicas en relación a las costumbres y las necesidades. Es entonces una ciencia dinámica, que busca satisfacer las necesidades humanas preferentemente, que trata de combinar los recursos disponibles dependiendo de los intereses en curso.
La Economía tiene significado como ciencia en la medida que no sólo se circunscriba en el hecho de producir bienes materiales, sino que abarca aspectos de la conducta social más amplios, como procurar el bienestar, la justicia y la moral.
La Economía sigue siendo el estudio de la administración de la casa; pero en su sentido más amplio, el de la familia, el de un país, el de una comunidad o la del mundo.
Algunas de las características de la Economía como ciencia, son las siguientes:
No se pueden realizar experimentos totalmente controlados, a la manera de las ciencias experimentales porque los fenómenos que estudia tienen un menor grado de uniformidad o constancia. Las leyes de la Economía son empíricas, están basadas en la experiencia y no tienen aplicabilidad general como las leyes, por ejemplo, de la física.
Existen teorías diversas que pueden tratar de explicar los fenómenos, se dificulta la objetividad por la existencia de teorías y la carga de interés del investigador. La elección de una muestra, de un universo, y el análisis del fenómeno significa la elección de la teoría para llegar a demostrar la(s) hipótesis, así entran en juego aspectos de tipo moral, estético, religiosos, ideológicos, políticos o los propios del observante.
Debido a que el sujeto de estudio (el ser humano) se desarrolla en procesos de socialización y/o reproducción social, es prácticamente imposible aislar a los individuos del contexto general, cuando se realiza un cierto tipo de estudio.
La historia del pensamiento económico, no sólo trata sobre las diferentes corrientes de la teoría económica, sino que también estudia las teorías alternativas que han sido influidas por otras ciencias. Puede estudiar los aspectos normativos de la Economía (como deben ser los hechos), y de Economía positiva (la que establece juicios de valor) y; parte de su estudio lo es la política económica (análisis de las fuerzas económicas con el contexto general).
 Principios.
En realidad, la Economía es una ciencia social joven, En 1903 se convierte en un campo de conocimiento autónomo, anterior a este año, se trataba más bien como parte de la filosofía moral o de la ética. Hasta antes de 1500, no existía la preocupación por tratar las temáticas de su competencia como disciplina económica.
Como se ha señalado con anterioridad, Aristóteles (siglo IV a. C.) fue uno de los pensadores económicos antiguos de mayor influencia. Para él, la Economía era el arte de la administración del patrimonio, la riqueza la consideraba como un medio para lograr la felicidad, lograr el bienestar en términos de felicidad. Su visión de la sociedad, la explica por medio de la crematística (revisar notas anteriores), siendo esta la manera de adquirir la riqueza en la sociedad. De ahí que se considere que Aristóteles subraye la vinculación de la Economía con la satisfacción de las necesidades, para lograr determinados fines.
Durante la Edad Media, la Iglesia ejerció una decisiva influencia en el derrotero de las sociedades europeas. Una sociedad teocéntrica en donde la explicación de los asuntos económicos fue normativa (recuérdese Economía normativa) utilizando el método deductivo (de lo general a lo particular) en donde se sustituye la estructura aristotélica por la explicación de lo mundano, radicado en la fe.
En cuanto a considerar criterios sobre la concepción ética, moral, persiste hasta mediados del siglo XVIII, compartiendo en parte criterios con Adam Smith, John Stuart Mill, o incluso años después con Carlos Marx, John M. Keynes, hasta de manera reciente con el Nóbel de Economía Amartya Sen.
La concepción heterodoxa (el problema económico no es la escasez, sino la mala distribución de los recursos), la de los autores mencionados, tiene su contrapartida, la de los economistas o pensadores de corte neoclásico, que consideran que los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas.
Después de 1500 y hasta la mitad del siglo XVIII, los escritos económicos son profusos, aglutinándose de manera genérica con el nombre de mercantilismo. La concepción y preocupación por la ética fueron abandonados, pasando al baúl de los recuerdos, la influencia de la escolástica (filosofía de la Edad Media, el intento de conciliación entre la iglesia y la razón) y obviamente de Aristóteles, en los asuntos económicos.
Los avances en las ciencias físicas, pusieron en duda mucho de la argumentación Aristotélica y de la escolástica, descubrimientos científicos como los de Copérnico, Galileo y Kepler, el enfoque económico varió, la explicación dejó de ser normativa y se empieza a analizar con un enfoque positivo (cuando ciertos postulados pueden verificarse, dícese de lo que es, no recurre a los juicios de valor), utilizando el método inductivo (el paso a proposiciones particulares por las observación de los sentidos, hacia enunciados o leyes generales). Sin embargo, en realidad se utilizaron el método deductivo e inductivo en obras económicas a partir de un científico brillante de la física en su obra, Principios matemáticos de filosofía natural (Isaac Newton)
En el siglo XVIII aparece en Francia el término Economía Política, coincidiendo con el desarrollo del Estado-Nación, junto con el mercantilismo. Cobra significación la Economía política como la ciencia de la adquisición de riqueza, que serviría para el engrandecimiento del Estado.
También en el siglo XVIII, en Francia, los llamados fisiócratas, forman la primera escuela del pensamiento económico, tratando de conducir la Economía de ese país. Utilizaron el método deductivo y fueron un grupo organizado, señalando que la Economía política era la ciencia de la producción, la distribución y la administración de los recursos de una nación.
Adam Smith, influenciado por David Hume (señala que la inducción no puede conducir a generalizaciones o leyes que tengan certeza), definió a la Economía como “una rama de la ciencia del hombre de Estado o del legislador”, cuyo objetivo es asegurar ingresos suficientes al pueblo y al Estado. Además coincidía con los fisiócratas en el sentido de considerar a la Economía como la ciencia de la producción y la distribución de la riqueza, considerando esta última como el conjunto de medios materiales para satisfacer necesidades humanas.
Para Carlos Marx, la concepción anterior era correcta, sin embargo, Marx considero, al igual que Smith, que la Economía política eran categorías históricas, se opusieron al individualismo y al holismo metodológico (un sistema completo no puede ser explicado simplemente, como el comportamiento de la suma de sus partes; el sistema completo, se comporta de un modo distinto a la suma de sus partes), más bien, adoptaron una concepción dualista.
 Representantes.
Adam Smith.
A diferencia de los Mercantilistas, Adam Smith fue un académico que tuvo una visión de conjunto, un alcance mayor en torno a la problemática del siglo XIX. No solo le interesó la Economía, también otras ciencias, lo cual le permitió analizar de manera integrada, aquella, con ciencias como la sociología, la política, etcétera.
Es considerado el verdadero fundador de la Economía clásica, por ser el hombre que más y mayor influencia ha ejercido en la en la discusión de los problemas económicos y sociales.
La doctrina liberal del iluminismo, los inicios de la Revolución Industrial, fueron acontecimientos que hicieron posible el éxito de las ideas de Smith.
En La Riqueza de las Naciones, Smith se propone explicar cómo se desarrolla y se distribuye la riqueza de una nación, en una Economía moderna.
Este personaje señala que la única fuente de riqueza es la producción, como consecuencia del trabajo (productividad del trabajo) y de los recursos o medios disponibles (proporción de los trabajadores que se utilizan de manera útil). La eficiencia en el trabajo, considerando la habilidad de los trabajadores y el porcentaje de la población empleada, hará que la producción sea mayor. El bienestar económico del individuo medio, dependerá de la relación que se establece entre la producción total y el número de habitantes (en la actualidad, a esto se le llama ingreso real per cápita).
La cantidad producida dependerá entonces de la división del trabajo y de la introducción de maquinaria (efectos de la especialización del trabajo). La especialización dependerá de la amplitud del mercado, un mercado pequeño, restringido, es un obstáculo para el desarrollo de una gran especialización, por ello, señala que la manera en que se de un desarrollo en el comercio y la industria era por medio del desarrollo del transporte.
Si Platón sostenía que la diversidad de ocupaciones era producto de la diversidad de talentos, Smith señalaba lo contrario, es decir, la diferencia de talentos, era el resultado de la diversidad de ocupaciones, por esto, Smith decía que la causa real de la tendencia a la producción especializada era la tendencia natural del hombre al comercio y al trueque. Actividad que solo los hombres desarrollan, es facultad expresa del ser humano, describía lo anterior con el siguiente ejemplo: “nadie ha visto jamás que un perro realizara el trueque justo y deliberado de un hueso por otro, con otro perro”
Cuando Smith señala que el trabajo era la medida de valor, distinguió entre valor de uso y valor de cambio. Así,” las cosas que tienen mayor valor de uso, tienen a menudo, muy poco o ningún valor de cambio; por el contrario, las cosas que tienen mayor valor de cambio, tienen con frecuencia poco valor de uso. Nada es más útil que el agua; pero no se puede comprar casi nada con ella… Por el contrario, un diamante casi no tiene valor de uso, pero sirve para cambiarlo por una gran cantidad de bienes”
Entrando a la teoría del valor, el autor dice que el valor real o natural de cualquier artículo, se mide por el trabajo que se necesita para producirlo, las cosas se producen porque tienen utilidad. Si una persona compra un artículo, lo hace porque el costo es menor, que el de fabricarlo personalmente, si la relación es con otra persona que necesita el artículo que produce el primero, lo comprará si el costo es menor que producirla también, de manera personal. Esta práctica es lo que hace posible que los participantes se beneficien de la especialización y el comercio.
Lo anterior nos lleva a resumir lo siguiente: El valor natural de un artículo depende del tiempo necesario para producirlo y de la intensidad del trabajo (capacidad, conocimientos del trabajador).
En una Economía de mercado, o Economía monetaria, el valor nominal de las mercancías (el precio de mercado), no todo el tiempo coincide con su valor real. Sucede que la demanda efectiva (conjunto de mercancías y servicios que los consumidores realmente adquieren en el mercado, en un tiempo determinado y a un precio dado, es el deseo de adquirir, más la capacidad de compra) puede sobrepasar a la oferta (cantidad de mercancías que pueden ser vendidas a los diferentes precios de mercado). Esta situación eleva los precios y aumenta las ganancias del oferente; lo cual impulsará a otros a entrar a la competencia, lo cual hace que los precios se reduzcan, quizá por abajo del valor real. El argumento es que el precio de un artículo siempre oscila en torno al valor real o tiende a aproximarse a éste; esta situación no es válida en el caso del monopolio, en este caso, los precios se fijarán lo más alto posible por el vendedor; es decir, por el lado de la oferta. Como consecuencia, el precio natural se fija cuando se da el equilibrio entre el precio de la demanda y el precio de la oferta (argumento microeconómico básico en la Economía de mercado).
Lo anterior marca un razonamiento esencial en los teóricos de la Economía de mercado: El mercado libre satisface las necesidades más urgentes de todos los individuos, al menor precio posible; todos se dedicarían a realizar las actividades que mejores resultados les dieran y los recursos productivos se dividirían en relación a las necesidades de los consumidores.
En La riqueza de las naciones, Smith argumenta también sobre la distribución; el dinero que se paga para la producción y la distribución, reviste tres formas: Salarios del trabajo, beneficio del capital y renta de los terratenientes.
En relación al salario, la explicación es que, considerando que la adquisición de maquinaria permite la obtención o el incremento de la ganancia, como antecedente es necesario que los consumidores permitan a alguien ahorrar para comprar esa maquinaria (actualmente sería poseer un capital e invertirlo). Por lo tanto, el trabajador no puede percibir la totalidad o todo el valor natural, pues parte del precio, forma parte de la ganancia (Carlos Marx explicaría este asunto como la explotación de la fuerza de trabajo en el análisis de la plusvalía).
La acumulación de capital, haría posible aumentar la productividad nacional, por lo cual, los salarios podrían ser más altos (para llegar a estas afirmaciones, Smith se basó en el desarrollo de la industria en Inglaterra, comparándolo con los bajos niveles de China e India). Sin embargo, los salarios pueden verse reducidos, debido a la competencia de los trabajadores por los empleos; el límite inferior de los salarios estará determinado por el mínimo indispensable para la subsistencia, con la finalidad de asegurar la existencia de mano de obra. Así, la escasez de fuerza de trabajo, combinada con el aumento en la riqueza de la nación, hará posible la elevación de los salarios (sujetos además a la ley de la oferta y de la demanda).
Los beneficios es la categoría en la cual Smith incluye las rentas de todos los que se aprovechan del capital o prestan su capital, aquí se incluyen agricultores, artesanos, industriales. Los que prestan capital obtienen un interés que viene siendo una modalidad del beneficio.
En cuanto a la renta (pago por el uso de la tierra) de los terratenientes, el autor partía de la idea que la tierra de buena calidad y deseable, es un recurso limitado por lo que el propietario estaba en posición de elevarla. La renta sería un precio de monopolio-por ser limitada-por lo que se obtendría del importe de los rendimientos del cultivador, después de deducir lo necesario para la subsistencia del mismo.
David Ricardo.
Considerado en su tiempo como uno de los hombres más ricos, D. Ricardo es el representativo inglés de la escuela clásica. Su principal obra se llama Principios de Economía Política y Tributación Fiscal, dada a conocer en 1817. A pesar de ser calificado como un escritor mediocre y dogmático, se le reconoce como uno de los autores que hacen evolucionar la ciencia económica.
Ricardo contempla a tres grupos en su modelo: Los capitalistas que son los que producen, los actores principales, ya que son los que asignan de manera eficaz los recursos y que además contribuyen –en mercados competitivos-a la satisfacción de los consumidores y además, mediante el ahorro y la inversión hacen posible el crecimiento de la Economía.
El otro componente del modelo son los trabajadores. El trabajo para él es pasivo, si nos referimos a su teoría del costo del trabajo. Sin embargo, explicó el salario real del trabajo, utilizando la doctrina de los fondos salariales y la teoría de Malthus sobre la población, estableciendo la siguiente igualdad: Salarios reales igual a fondo salarial/fuerza de trabajo. El fondo salarial dependerá de la acumulación de capital (la versión original del fondo salarial es de Adam Smith, es el inventario de bienes o capital, proviene de la falta de consumo o del ahorro de los capitalistas) y la fuerza de trabajo del principio malthusiano. Los salarios reales aumentaran a corto plazo si la acumulación de capital aumenta, por efecto del aumento en los fondos salariales; entonces, habrá un aumento en la población y por consecuente en la fuerza de trabajo.
A largo plazo se dará un equilibrio si la fuerza de trabajo aumentó lo suficiente para que los salarios reales regresen al nivel cultural de subsistencia.
La variable terratenientes, el otro factor del modelo, es para Ricardo un obstáculo para el crecimiento y desarrollo de la sociedad industrial. Los terratenientes son una clase parásita, ellos reciben una renta (ingreso) por tener la posesión del factor tierra (factor de producción), son dispendiosos y no se preocupan por ahorrar y acumular capital.
En el modelo de Ricardo, en relación que se da entre los grupos y el aumento en la riqueza de una nación, se explica por medio de la siguiente ecuación: Ingreso bruto (producto total de la Economía) menos los salarios de subsistencia, más la depreciación, es igual al ingreso neto. Es decir, IB-SS+D=IN.
Al igual que Adam Smith, D. Ricardo consideró que las mercancías tienen dos valores: Valor de uso y valor de cambio.
Señaló que el valor de uso (la utilidad de las cosas) no constituye la medida del valor de cambio; hizo ver que el valor de cambio depende de dos factores: Del trabajo necesario para producir la mercancía y de la escasez. Así, existen bienes en que su valor depende del trabajo y existen bienes cuyo valor no depende del trabajo. La mayoría de los bienes están en la primera categoría; los otros son aquellos que son raros, o que las personas quieren adquirirlos por simple deseo, como por ejemplo las obras de arte.
Las implicaciones en la teoría del valor es que se necesitan diferentes cantidades de trabajo para producir los distintos bienes; eso dependerá de las condiciones de la producción. Es decir, el valor de un bien dependerá del trabajo necesario para producirlo, así, el producto elaborado en condiciones adversas, será el que determine el valor.
Una variable importante en la determinación del valor es la competencia; esto es que los productores entran en competencia, la diferencia la hace las cantidades necesarias de trabajo para producir, pero son temporales. Los productores que van a la zaga, harán lo necesario para tener las mismas condiciones de producción que el que lleva la delantera.
Esto es por regla general; la excepción es la producción en la tierra. Ricardo señala que no se pueden superar o no se pueden alterar las condiciones en la producción agrícola; de tal manera que por ejemplo, la cantidad producida de X bien la puede hacer un experto, al igual que un inexperto.
Thomas Robert Malthus.
Fue un sacerdote graduado por la Universidad de Cambridge. Su obra más importante es Ensayo sobre el principio de población en cuanto afecta ala futuro progreso de la sociedad, comúnmente se le conoce como Ensayo sobre el principio de la población.
Aun cuando sus argumentos no son del todo originales, tuvo y han tenido un gran impacto y discusión en el mundo de los economistas o teóricos de la Economía.
Algunos de los argumentos de Malthus son los siguientes: Los seres humanos presentan una tendencia a aumentar de manera constante, muy por encima del aumento en los alimentos; ello provoca males como hambre, enfermedades y miseria.
Recurre a las matemáticas para auxiliarse en su análisis correlativo entre la población y los alimentos; es entonces precursor del empleo de esta herramienta en la Economía.
Malthus habla de progresiones. La población aumenta en progresión geométrica, mientras la producción de alimentos lo hace en progresión aritmética; ejemplo, la aritmética sería 1, 2, 3, 4, 5, 6, etcétera, y la geométrica sería 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, etcétera.
A decir de los estudiosos, fueron tres los factores que influyeron en las ideas de Malthus.
Uno de ellos fue problema que tuvo Inglaterra a finales del siglo XVIII que consistió en la falta de oferta en los alimentos, después de haber sido un país autosuficiente, lo que la obligó a importarlos, con el consecuente aumento en los precios.
Un elemento importante fue la pobreza de la población y el crecimiento de las ciudades, con la extensión de la producción fabril, en sustitución de productos de tipo doméstico.
El otro factor fue la controversia que R. Malthus mantuvo con su padre, el cual argumentaba que la miseria, la infelicidad y los males de la sociedad eran culpa del gobierno. Malthus era de la idea que esos problemas no eran el resultado de las instituciones sociales y políticas, lo cual hizo que en 1798, en forma anónima presentara su famoso ensayo.
No se refirió a la ley de los rendimientos decrecientes en la agricultura, tampoco hace un análisis de la influencia de la tecnología para el aumento en la producción de alimentos.
Sus conclusiones fueron que deberían existir controles para evitar el aumento desproporcionado de la población, es decir, señalaba que el aumento poblacional debería ser acorde con la producción de los alimentos.
Los controles por el aludido son: El positivo que consiste en la baja de la población por factores como las guerras, las enfermedades, las hambrunas y los desastres diversos; el negativo se refiere al descenso en la tasa de natalidad por medio la postergación del matrimonio.
Cuando se da a conocer la segunda edición de su obra en 1803, trató de conducirse de una manera científica, utilizando en parte la estadística, cambia su metodología, en general cambia los argumentos y sus conclusiones.
Juan Bautista Say.
La escuela francesa tuvo como su máximo exponente a J. B. Say, autor del siglo XIX, que publicó en 1803 el Tratado de Economía Política y el Curso de Economía Política, de 1829. Estuvo muy influenciado por A. Smith y fue contrario a las ideas de D. Ricardo.
Su método fue deductivo (empleado en la época). Se dice que lo que importaba a Say era describir y analizar el mundo de los negocios; por esto, su contribución más importante tuvo que ver con la producción, la distribución y el comercio.
Desde la perspectiva de Say, la producción es la transformación de la materia y no su creación, lo importante es la creación de utilidad para satisfacer necesidades materiales o morales. Existen entonces actividades humanas en las cuales no se produce y son necesarias, porque satisfacen cierto tipo de necesidades.
Hizo una distinción entre el empresario y el capitalista. Decía que el empresario tiene como misión en su calidad de intermediario, demandar servicios productivos para obtener productos.
Los servicios puestos de relieve por Say son: Los servicios del trabajo, los de la tierra y el capital.
Fue más explícito y correcto que Smith y Ricardo al definir al capital. Estos autores consideraron al capital como al conjunto de disponibilidades líquidas y de bienes materiales para facilitar el trabajo del comerciante o industrial; en cambio Say se refiere al capital como “el valor de todas esas cosas es lo que se denomina capital productivo” (citado por Emile James en Historia del pensamiento económico). En términos actuales, de acuerdo a Say, el capital sería entonces la representación contable de lo que interviene en los procesos productivos. Los objetos materiales pueden desaparecer, ser consumidos en los proceso de producción, el empresario lo reconstituye por medio de la amortización. Los nuevos capitales se acumulan a medida que se reconstituyen el capital de procesos anteriores.
Al analizar el intercambio, muestra mayor calidad de análisis respecto a Smith y Ricardo.
En relación a la teoría del valor, cuando analiza el intercambio, que no es original, presenta diferencias con otros autores, para él, el valor de las mercancías no sólo tiene que ver con la cantidad de trabajo necesario para producirla, o del costo total de su producción, sino que considera que es el resultado de dos valoraciones.
El valor se determina por la utilidad de las cosas, lo que hace que exista cierta demanda de ellas; y por el costo para producirla. Considera además que el precio no lo determina la oferta y la demanda, estas últimas ejercen influencia sobre los precios.
Cuando Say se refiere a la distribución, señala que las rentas de todas las personas, es decir, la renta social, es igual al producto bruto cuando son utilizados los capitales, las tierras y las industrias. Cada una de estas rentas se presenta en forma aleatoria, y de rentas fijas. La primera depende del nivel de los precios cuando el proveedor del factor de producción (trabajadores, los que suministran capital o tierra) lo administre el mismo; cuando se ceden los servicios a un empresario por un precio, hablamos de la renta fija. En este último caso, el empresario obtiene para si la diferencia entre el precio de los servicios y el precio de los objetos producidos.
Se debe a Say la elaboración de la ley de los mercados. El principio es que “los productos se cambian por otros productos”, si se actualiza, significaría que la demanda global, siempre se iguala a la oferta global, lo que se considera que esta ley es un antecedente de la teoría del equilibrio general. La ley de los mercados implica que las crisis de sobreproducción (sobre oferta de mercancías en una sociedad, lo que afecta a los precios hacia abajo, con la consecuente quiebra de las empresas) no se pueden generalizar ya que las mercancías siempre encuentran un comprador.

TEORÍA NEOCLÁSICA.
La teoría neoclásica es un enfoque económico basado en el análisis marginalista y el equilibrio de oferta y demanda. También es conocida como teoría de la Utilidad Marginal.
 Entre los supuestos del enfoque está que el comportamiento de la Economía se debe al comportamiento de los individuos quienes actúan de manera racional y tratan de maximizar su bienestar económico mediante elecciones basadas en la información disponible.
Para entender esta teoría es necesario conocer la base de estudio de la escuela neoclásica la cual se centra en tres cuestiones fundamentales:
1º. Las personas tienen preferencias racionales hacia resultados que pueden ser identificados y asociados con un valor.
2º. Los individuos maximizan la utilidad y los productores maximizan la ganancia.
3º. Las personas actúan independientemente en base a información completa y relevante.
El iniciador de la corriente neoclásica fue Herman Heinrich Gossen, a quien se le debe el estudio de las leyes de la conducta humana, basado en la utilidad y el consumo individual, apoyándose para ello en las matemáticas.
Inmediatamente después surgieron los principales exponentes de la escuela neoclásica: Carl Menger, Leon Walras, William Stanley Jevons, Alfred Marshall y Knut Wicksell. Sus formulaciones, como todas las de la primera escuela neoclásica, giran en torno al principio de utilidad marginal decreciente.
Fundando el subjetivismo de la escuela austriaca, Menger se diferenció de sus contemporáneos considerando que el análisis económico debería partir del análisis de las necesidades humanas y de las leyes que determinan la utilización de los recursos disponibles para satisfacerlas. A diferencia de la escuela clásica, esta considera que el valor de los bienes está determinado por el deseo y la necesidad, y no por el costo de producción así como tampoco la cantidad de trabajo que se haya empleado en producirlo.
Los elementos comunes de la escuela neoclásica son los siguientes:
1. Énfasis en agentes individuales, consumidores y empresas, frente a las clases sociales.
2. Desplazamiento de la atención a un tipo de bienes limitados, los escasos.
3. Planteamiento del problema económico como un problema de asignación de recursos escasos, de características estáticas.

Aunque sus puntos esenciales son similares, los marginalistas o neoclásicos se subdividen en varios grupos distintos según la forma de enfocar los problemas:
1. La escuela “neoclásica” de Cambridge, cuyos principales representantes son Alfred Marshall y Stanley Jevons, emplea un enfoque parcial junto a un reconocimiento implícito de la gran multitud de problemas que conlleva este tipo de análisis.
2. La escuela “matemática” de Lausanne, representada por Walras y Pareto, enfatiza el principio de equilibrio general, con gran uso de las matemáticas y algo menos del análisis económico.
3. La escuela “psicológica” austriaca, dirigida por Karl Menger y Bohm-Bawek, centran su objeto de estudio en el individuo y, en especial, en el consumidor. La escuela “psicológica” recibiría este nombre por la importancia que se le concede al individuo en las motivaciones de naturaleza económica. Desde este punto de vista tendría cabida el procedimiento experimental.
La escuela clásica.
Como ya vimos en la unidad anterior, la escuela clásica cuyos principales exponentes son Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill, es considerada por muchos como la primera escuela moderna de Economía. La publicación del libro de Adam Smith titulado Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones conocido como La riqueza de las naciones, en 1776 se considera normalmente como el comienzo de la Economía clásica. La escuela estuvo activa hasta mediados del siglo XIX y fue sucedida por la escuela neoclásica, que comenzó en el Reino Unido alrededor de 1870.
Los economistas clásicos intentaron y en parte lograron explicar el crecimiento y el desarrollo económico. Crearon sus "dinámicas de crecimiento" en una época en la que el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de una sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes cambios sociales.
Estos cambios también provocaron la cuestión de si se podría organizar una sociedad alrededor de un sistema en la que cada individuo buscara simplemente su propia ganancia económica.
Esta teoría fue desplazada en gran parte por escuelas marginalistas de pensamiento (tal como la escuela austriaca) que según su perspectiva el valor derivaba de la utilidad marginal que los consumidores encontraron en un bien antes que en el costo de producción.