Luego
de la victoria, los notables quiteños resolvieron la anexión al distrito a
Colombia. Cuenca había hecho otras tantas semanas antes. En Guayaquil, en
cambio, hubo resistencia para dar ese paso. Bolívar tuvo que usar la fuerza para
conseguirlo. Así, lo que hoy es Ecuador quedó integrado a Colombia con el
nombre de Distrito del Sur que, a su vez, fue dividido en tres departamentos
que seguían las antiguas unidades regionales con capitales en Quito, Guayaquil
y Cuenca.
La
República de Colombia había sido fundada en 1819, en plena guerra
independentista, como una unión de Venezuela y Nueva Granada, con la
expectativa de que también se uniera Quito, como en efecto sucedió. Era un
intento crear un gran país, que sería un referente continental. El general
Simón Bolívar fue elegido presidente de la República. Pero justamente por las
urgencias de la campaña, no pudo ejercer mando, que quedo en manos del
vicepresidente Francisco de Paula Santander, que imprimió en su administración
un sesgo liberal[1]. Organizó juntas
de protección de la agricultura y el comercio, impulsó una política libre –
cambista, declaro ilegal el trabajo gratuito de los indígenas, estableció un
salario mínimo, impuestos directos e impulsó seriamente la abolición del tributo
indígena. Esta política lo puso en conflicto con los grandes latifundistas. Con
el tiempo se enfrentó a Bolívar, que pugnaba por mantener la unidad de Colombia
e impulsar la integración de las nuevas repúblicas americanas.
Por
algunos años, Bolívar dirigió la guerra y gobernó el Perú. Además de las
cuestiones peruanas, le preocupo entonces su plan de convocar a un gran
congreso en Panamá para gestar la unión de los países hispanoamericanos.
También propuso un proyecto de Constitución para Bolivia que se había creado en
su homenaje. En 1826 estaba ya de vuelta en Bogotá y asumió la presidencia de
Colombia. Pero la tarea le resultó muy difícil por las fuerzas de dispersión y
por las conspiraciones, inclusive las de su vicepresidente. Sus enemigos lo combatieron
sin tregua y hasta intentaron asesinarlo. En una ocasión lo salvo de la muerte
su compañera quiteña Manuela Sáenz. Los conservadores se agruparon alrededor de
Bolívar, en tanto que Santander congregaba a los liberales y partidarios del
federalismo[2].
Luego
de su experiencia en Perú y frente a la situación de Colombia, el libertador
agudizó su tendencia centralista. El temor de la movilización popular, la
liberación de los esclavos, la integración de los pardos y del federalismo
llevaron a Bolívar a posturas centralistas y conservadoras. “No aspiremos a lo
imposible, no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad, descendamos
a la región de la tiranía[3].
De la libertad absoluta se desciende siempre al poder absoluto” insistía
Bolívar. En su propuesta de Constitución para Bolivia proponía un presidente
vitalicio, senado hereditario y otras instituciones cercanas a la monarquía.
Bolívar vio que se resquebrajaba la unidad de Colombia y asumió la dictadura.
Pero esto agudizó las tensiones y la dispersión. Venezuela se separo de
Colombia. Al fin, en 1830 el libertador renunció al poder. En poco tiempo se
enteró que el Mariscal Sucre había sido asesinado (4 de junio). El 17 de
diciembre murió camino al exilio. La gran República que creó se había disuelto.
Hacia la separación del sur.
La
etapa gran colombiana fue de gran agitación para el Distrito del Sur. La guerra
de emancipación del Perú absorbió enorme cantidad de sus recursos, hasta que
culminó la campaña en Ayacucho en 1824. El actual Ecuador llegó a pagar por esa
guerra tres veces más que el resto de Colombia. En 1829, cuando las tropas
peruanas invadieron el país por el sur, el Mariscal Sucre fue encargado de la
defensa y venció al ejército invasor en Tárqui (27 de febrero). También en ese
caso, los departamentos del Sur sufrieron la carga más pesada del esfuerzo
bélico. Se firmaron acuerdos de paz y, posteriormente, un tratado con
limitaciones de fronteras, pero el conflicto territorial quedó pendiente. Al
fin, en 1830, cuando la Gran Colombia estaba ya virtualmente disuelta, el
Distrito del Sur se separó para formar un Estado autónomo.
Los
latifundistas quiteños resistieron las políticas de Santander, especialmente
las medidas librecambistas que perjudicaban la producción textil, y las
reformas igualitarias que afectaban la estructura jerárquica corporativa, tan
acentuada en la sociedad quiteña. Por ello, los notables de Quito aceptaron
entusiasmados la idea de la dictadura de Bolívar. En Guayaquil, los
terratenientes y comerciantes de puerto, reticentes en principio a la anexión
encontraron que las políticas de Santander les favorecían. Por ello mantuvieron
su lealtad a Colombia mientras en Quito había agitación. Pero cuando cayeron
las exportaciones al final de los años veinte, y se reactivaron vínculos de
comercio con Lima, las tendencias autonomistas renacieron. Las rebeliones de
esclavos los llevaron a pensar en la necesidad de mayor represión. Cuenca
también experimentó una reactivación del comercio con el Perú. Esto reafirmaría
sus reivindicaciones de autonomía. Por motivaciones diversas y hasta
contradictorias, las élites dominantes regionales del Distrito del Sur fueron
llegando al rompimiento con Colombia.
Cuando
se trata de explicar la desmembración del gran país ideado por Bolívar resulta claro
que, al conflicto de intereses entre oligarquías[4]
regionales, se unió la inexistencia de una clase social con capacidad para
llevar adelante un proyecto nacional que fuera más allá de las presiones
localistas y regionales. A estas causas de dispersión interna se sumó la
política de debilitamiento de las potencias capitalistas interesadas en que no
se consolidaran gran estado, sino unidades políticas pequeñas, débiles y
manejables.
[1] Liberalismo: Promueve las
libertades civiles, se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los
principios republicanos, siendo la corriente en la que se fundamente la democracia
representativa y la división de poderes.
[2] Federalismo: Es una doctrina
política que busca que una entidad esté formada por distintos organismos que se
asocian, delegando algunas libertades o poderes a otro organismo superior, a
quien pertenece la soberanía, y conservan una cierta autonomía, ya que algunas
competencias les pertenecen exclusivamente. Las funciones del gobierno están
repartidas entre un poder central y un grupo de estados asociados.
[3] Tiranía: Forma de gobierno
en la que el gobernante ejerce un poder total y absoluto, no limitado por unas
leyes, especialmente cuando lo obtiene por medios ilícitos. Abuso de
superioridad.
[4] Oligarquía: Es una forma de
gobierno en la que el poder supremo está en manos de unas pocas personas.
En cuanto al blog de Sucursales Banco Agrícola de Venezuela es importante que sigamos con cada una de las cosas que más queremos para seguir adelante.
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